
Sólo se fabricarán 1976 unidades de este super GTI de 300 CV equipado con autoblocante delantero, neumática semi slick, pantalla de telemetría y una personalización que de inmediato se utilizará en un objeto de culto
11 de diciembre de 2023 (15:50 CET)
The decarbonization, the electrification in the automóvil se está llevando por delante buena parte de categorías y modos tradicionales de oír la automoción, entre ellos los súper GTI. ¡Lastima! Pues los avances en materia de chasis, de rendimiento de motores, de neumáticos estaban dando productos realmente emocionantes. Rápidos y fáciles de conducir hasta extremos difíciles de describir y solo demandados, realmente demandados dado su potencial y velocidad, cuando se busca arañar las últimas décimas de segundo, o segundos, frente al cronómetro.
Pero antes de la progresiva e inminente desaparición, aún quedan sorpresas tan emocionantes y exclusivas como el renault megane rs último, que como su número indica, pone el broche de oro a una saga, la del Mégane RS, iniciada hace ya dos décadas, cuando se lanza la versión portátil de aquella segunda generación de motor turbo, tracción delantera, cambio manual y 225 CV de potencia . Serán sólo 1.976 unidades las que se construyeron, la cifra elegida para recordar la inauguración de Renault Sport, todas ellas con la firma de Laurent Hurgon, el piloto responsable de la puesta a punto de su chasis y quien llevó al Megane RS a convertidor se en el GTI de tracción más rápida en el circuito de Nürburgring. (Pulsando aquí tienes todos los detalles de ese hito).

Así es el Renault Mégane RS Ultime
La puesta de largo del Mégane RS: Ultime, en el Salón del Automóvil de Tokio, descubre una marca de verificación prácticamente inconfundible. No en vano ha sido desarrollado a de los muy buenos Mégane RS, de los que estéticamente se diferencian no sólo por los logotipos de doble rombo, por la personalización con adhesivos de bandera ajedrezada, en la tarjeta manos libres o los umbrales de acceso. También los colores de resalte en difusor trasero, tiradores de las puertas, llantas, difusor trasero… dejan claro que no es un Mégane más, ni tampoco un RS al uso. Como aquel, también cuenta con las ensanchadas respecto de los modelos menos deportivos, nada menos que 60 mm delante, con un “branquias” encargados de refrigerar neumáticos y frenos delanteros, y 45 detrás.
En el interior, destacan por imagen y función los imponentes asientos bacquet tapizados en Alcántara negro firmados por Recaro y elementos como la pantalla navegador de 9.3” o la instrumentación digital de 10”, pero también detalles como la Telemetría del monitor RS que debe aportar información relativa, y sólo aprovechable, a la conducción más demandada, incluyendo tiempos por vuelta.
En clave de uso diario, en cambio cabe incluir elementos como el sistema de sonido Bose, las ayudas al aparcamiento o elementos como el control de crucero adaptativo que día a día van ganando en peso específico durante la conducción. Eso sí, el equipamiento opcional no es grande: apenas el techo solar, el sistema de proyección de información Encabezar pantalla hay una funda protectora específica con la que protegerlo cuando —posiblemente— vaya a estabulado en un garaje.

La mecánica del Mégane RS Ultime
Potencia y eficacia son señas de identidad del Renault Mégane RS Ultime. Its nada menos que 300 CV y 420 Nm los que llegan a las ruedas delanteras, canalizados por un rápido y eficaz cambio EDC de doble embrague y seis relaciones. Tanta potencia —con casi 167 CV/l superan incluso la potencia específica al impresionante Honda Civic Type R— no es fácil de llevar al asfalto. Y en este caso, el Mégane lo consigue recibiendo lo mejor de Renault Sport en forma de Chasis Cup (suspensión más firme con trabajo específico en mulelles, amortiguadores y estabilizadoras, y Torsen autoblocante) acompañado de impresionantes neumáticas Bridgestone Potenza S007 semislick en calzados medium 245/35 sobre llantas Fuji Light de 19”. Sólo así, con esa suma de potencia y motricidad, es capaz de anunciar esos 5,7 s en alcanzar los 100 km/h arrancando desde parado y alcanzar los 255 km/h.
Como no podía ser de otra manera, esta versión tan emocional cuenta con el 4Sistema de control de cuatro calles directrices: toda una garantía de estabilidad a alta velocidad y de agilidad para conducir entre curvas o maniobrar en ciudad, no puede haber que olvidar cómo en un automóvil, incluido entre los más deportivos, la conducción adrenalítica ocupará solo una parte de la globalidad del uso, aunque sin duda la parte que más llegue al corazón.