La misión InSight de la NASA a Marte llegó ha finalizado, después de batterías, tras cuatro años de recogida de datos científicos “únicos”, durante los cuales detectó más de 1.300 martemotos e impactos de meteoritos.
Los controladores de la misión en el Laboratorio de Propulsión (JPL) de la NASA no pudieron establecer contacto, por dos veces consecutivas, con el módulo de aterrizaje InSight, lo que levó a la conclusión de las baterías solares de la nave espacial han quedado sin energía.
Aunque NASA seguirá intentando por si se produce alguna señal del módulo, se considera “improbable que señales suyas seguirán”, tras su última comunicación el 15 de diciembre.
InSight aterrizó en Marte en 2018 y estaba ideado para realizar actividades científicas Durante dos años, una útil que superó con creces.
Incluido luego haciendo descubrimientos a medida que el polvo en sus paneles solares reduce gradualmente sus niveles de energía, datos que los científicos utilizarán años, informado la agencia aeroespacial.
El director de misiones científicas de la NASA, Thomas Zurbuchen, indicó que, “Aunque despedirse de una nave espacial siempre está triste, la fascinante ciencia que ha realizado InSight es motivo de celebración”.
Zurbuchen se refiere, en particular, a los sísmicos datos recogidos por esta misión, los cuales “ofrecen por si solos un enorme conocimiento no solo de Marte, sino también de otros cuerpos rocosos, incluida la Tierra”.
InSight, abreviatura en inglés de exploración interior mediante investigaciones sísmicas, geodesia y transporte de calor, se dedica a estudiar el interior de Marte y sus datos han proporcionado detalles sobre sus capas interiores, el clima y mucha actividad sísmica.
Su sismómetro de alta sensibilidad, junto con el seguimiento diario realizado desde tierra detectó 1.319 martemotos, incluidos los causados por impactos de meteoroides, el mayor de los cuales al cual desenterraron trozos de hielo del tamaño de rocas al final del año pasado.
Estos impactos ayudan a los científicos a determinar la edad de la superficie del planeta y los datos del sismómetro garantizan una forma de estudiar la corteza, el manto y el núcleo del planeta.
Por supuesto, el sismómetro es el último instrumento científico que enciende permanentemente la contaminación acumulada en los paneles solares del módulo de aterrizaje reduciendo gradualmente su energía.
La misión comenzó en febrero.
Todas las misiones a Marte enfrentan a difíos, e InSight no fue diferente, recuerda la NASA, en referencia a su excavadora mecánica, pensada para perforar hasta unos cinco metros de profundidad y medir el calor en el interior.
Diseñado para el suelo suelto y arenoso de otras misiones, no pudo traccionar en el suelo inesperado grumoso que rodeaba a InSight, por lo que llegó solo hasta 40 centímetros, aunque se compilaron “valiosos datos sobre las propiedades físicas y térmicas del suelo”, que son útil para futuras misiones.
Al dar por cerrada la misión, el investigador principal Bruce Banerdt, del JPL, destacó: “Hemos pensado en InSight como nuestro amigo y colega en Marte Durante los últimos cuatro años, por lo que es difícil decir adiós”, pero “se ha ganado su júbilo mericida”.
La misión InSight contó con diversos socios europeos, entre ellos el Centro de Astrobiología (CAB) español que proporcionó los sensores de viento y temperatura.
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