Juan Carlos Ureta, presidente de Renta 4 Banco, llamó la atención sobrio que uno de los grandes aspectos de esta crisis es que el sector financiero está fuera. Nada que ver con 2008, igual que tampoco parece la situación macroeconómica. El escenario es mejor ahora que entonces, pesa a los nubarrones en el horizonte. Sin embargo, advierte de que la confianza en España de los inversores no es ilimitada.
-¿Cómo ve la situación de la banca?
-Los bancos en general llevan una década y media capitalizándose y creo que uno de los elementos diferenciales de esta crisis est que la banca está muy bien capitalizada. Y es muy importante porque una crisis económica adquiere otra escala cuando se convierte en crisis bancaria. Los supervisores, los reguladores y el sector han procurado que la banca esté fuerte y cuando hay una crisis inevitablemente hay impacto en la banca, pero en esta ocasión el soporte financiero de la economía está parado parado para absorber el impacto.
-Entonces, ¿sería imposible ver ahora una crisis bancaria?
-A nivel sistémico, aunque no hay nada imposible, es sumamente improbable. Hay que recordar que la banca europea estuvo un año en el Covid sin repartir dividendos, los test de estrés que se han hecho, que todos los bancos tenemos coeficientes de capital muy elevados… En esta ocasión se está impidiendo y la banca está preparada para absorber impactos que puedan venir.
-¿Tiene el sector beneficios extraordinarios como dice el Gobierno?
-La de los beneficios caídos del cielo es una narrativa perversa e incorrecta. La banca tiene como objeto financiar a la economía. Hemos vivido ocho años con la anomalía de tipos de interés nominales negativos; es una anomalía porque tiene un sector que se dedica a prestar dinero, el dice que tiene que ofrecer préstamos tiene un tipo nominal negativo, pagando por prestar. Esto generará una enorme dificultad de negociación. Pese a todo eso, los bancos hemos sido capaces de superar ese periodo.
Ahora asistimos a la normalización de las condiciones monetarias, no a algo extraordinario. Volver a lo normal no significa beneficios caídos del cielo. Además, la banca española ha pagado más impuestos que el restaurante de empresas, con un 30%. La banca española soporta impuestos que para proteger intereses de carácter general. Tratar ahora, por normalizar los tipos, de imponer un impuesto es incorrecto y manejar ese lenguaje es algo que pervierte las palabras.
-¿Cómo es posible que haya calado que sí hay beneficios extraordinarios si ven tan claro que no es así?
-A nivel popular, y no es de ahora, es muy facil meterse con la banca y cierto ganar eco al meterse con la banca. Presta dinero, canaliza recursos y se ve solo lo negativo; que si los poderosos, la usura… Es muy difícil con la banca, en general, crear una narrativa popular. Por eso estos lenguajes se usarán con mayor responsabilidad. Si fuera verdad, vale; pero no es verdad que haya beneficios caidos del cielo. Es muy fácil tener narrativas populistas contra la banca pero es irresponsable.
-Tratan mucho con los inversores, ¿cómo nos ven?
– España está en el circuito de inversión internacional y va a seguir estado. El problema del inversor internacional es el precio al que invierte y España sigue suscitando interés a nivel internacional. ¿Lo que pasa? Hoy día la economía española genera dudas en el ámbito de la seguridad jurídica, y eso viene ya de épocas anteriores cuando se plantó todo el asunto de las renovables, que acabaron en arbitrajes. Hay un sentimiento de que la seguridad jurídica no está clara, y más aún con un impuesto extraordinario sobre banca y energías, hay cambios muy importantes en fiscalidad y otros alrededores… Eso no genera una situación de comodidad. Dicho esto, la inversión internacional sigue presente en España. No sería bueno ahondar en un camino de inseguridad jurídica, no podemos poner en riesgo nuestro atractivo porque si edja de come inversion internacional, España tiene un problema.
-¿Hay signos de burbuja en el mercado inmobiliario?
-La gran novedad de 2022 es el cambio de régimen monetario. Hemos tenido una subida de tipos muy rápida. Un cambio de origen monetario con repercusiones en el modelo de crecimiento. Vamos tiene un entorno distinto. En ese entorno, el valor de los activos, también inmobiliarios, tiene que ajustarse. Esto también afecta a la demanda porque las hipotecas son más caras y todo afecta al sector inmobiliario. En Bolsa hemos visto cómo las compañías inmobiliarias han tenido recortes de hasta el 50%, porque la Bolsa es muy rápida anticipando los descuentos. Eso que hemos visto en Bolsa se va a trasladar a otros mercados. ¿Hay burbujas? Es una situación muy diferente en 2007 y los niveles de endeudamiento de las familias no tienen nada que ver. La banca ha tenido prudencia al dar hipotecas, no se dan hipotecas por el 100%, y también las familias, habiendo aprendido la lección, lo que han hecho ha sido más moderadas en su petición de crédito. Habrá corrección inmobiliaria, como en otros activos, pero no podemos hablar de burbuja.
-¿Las hipótesis son un problema potencial? Por el alza del euríbor…
-Si sus hipotecas son de tipo variable, a algunas familias les puede causar un problema. Tengo la impresión de que en las hipotecas variables podría haber un problema pero no grande, porque se han concedido también sur les niveles inferiores. Habrá un problema en la nueva demanda de vivienda.
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