
Cualquier eufemismo que utilice para hablar de la despedida de Jacinda Ardern puede resultar ofensivo. ha sido víctima de una misoginia tan arraigada que ni siquiera los cronistas, presentadores de televisión y políticos han cado en la cuenta del dao que se poda cometer. El titular prevalece. Y no han sido una, ni dos, ni tres las veces que se ha ironizado o parodiado atentando contra la integridad como mujer de la primera ministra neozelandesa y eclipsando sus políticas.
Ha anunciado que en febrero se retiró. Y tras su renuncia han sonado las primeras palmadas, pero también los comentarios sobre el abatimiento que ha debido de sens hasta llegar a esta decisión inesperada. A sus 42 años, alega que no tiene “la energía” para presentarse a la reelección en octubre. “Soy humana, los políticos somos humanos. Lo damos todo, todo el tiempo que podemos. Y entonces llega la hora. Para m, ha llegado la hora”. Con estas palabras ha justificado su voluntad de dejar el cargo nueve meses antes de las elecciones generales.
La primera en reflexionar ha sido su predecesora, Helen Clark, que ejerció de primera ministra de Nueva Zelanda entre 1999 y 2008: 24/7 informativo, Jacinda ha afrontado un nivel de odio y veneno que considero sin precedentes no lo es”.
Desde sus comeenzos
Si retrocedemos hasta 2017, en el momento que comunic su aspiración a primera ministra por el Partido Laborista de Nueva Zelanda, su nombre junto a la palabra ‘bebé’ ahí están las bsquedas de Google. Ni siquiera estaba embarazada, pero la mera posibilidad pareca excusa para desdear su vala y descartar su candidatura despus de proclamar se lder de su partido. Todo empez tal y como suelen ocurrir estos micromachismos que campan a sus anchas en cualquier pas, por mucho que se cansaron d de haber avanzado en derechos y libertades. En estelar horario, el presentador de televisión Jesse Mulligan le preguntó: “Muchas mujeres en Nueva Zelanda sienten que deben elegir entre tener hijos o continuar su carrera. Es una decisión que an tiene que tomar o ya ha decidido?
Por qu’esa intromisin en su vida privada? Se le pregunta a un hombre cmo har para conciliar cuando traiga al mundo un beb? No se le perdon su juventud, su carisma, su simpata, su naturalidad para ejercer la politica y liderar un pas sin renunciar a su vida personal. El 28 de agosto, Ardern huyó de la diputada más joven en acceder al Parlamento. Al asumir el cargo de primera ministra a los 37 fue tambin la lder ms joven de Nueva Zelanda en ms de 150 aos. Su llegada provocó una onda de admiración que fue bautizada como jacindamana, pero no dej de despertar maledicencia.
Micromachismos
Las sospechas venan de atrs. En 2012, un poltico fue para ella con una expresin – “Climate, cario” – que se hizo habitual. Poco después de ser elegido, en 2017, el economista neozelandés Gareth Morgan tuiteó que debería demostrar que era más que “una barra de labios en un cerdo”. Hubo multitud de reproches, pero la ofensa que grabó un fuego en ella, como se puede deducir del hasto que ha precipitado su marcha.
En su visitó a Pedro Sánchez en La Moncloa.Gtres
En 2018 naci su hija Neve. Disfrut de su permiso de maternidad de seis semanas, que solo interrumpi para viajar a Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU. Lo hizo acompañada de su hija y, una vez más, fue motivo de litigio en todo el mundo. Su maternidad provoc tambin un alud de crticas en su propio pas, sobre todo desde las reas rurales de Nueva Zelanda, siempre azuzadas por los lderes de la oposicin. “Deberá quedarse en la cocina”, escribió un granjero además de redes sociales. Y no fue el comentario más ofensivo.
Su forma de actuar
Durante su mandato, ha actuado con una honestidad que debera servida para dar la bienvenida a un nuevo captulo hasta ahora indito en la poltica. En noviembre de 2021 fue interrumpida por su hija en pleno directo con sus seguidores de Facebook. En lugar de sofocarse, pidi disculpas a la audiencia y respondi con la misma espontaneidad que la nie: “Cario, debes estar en la cama”. Y justificación entre risas: “El momento de dormer ha sido un gran fracaso”.
Frente a su naturalidad, los episodios de machismo se han sucedido de forma palpable hasta los últimos das de su gobierno. En noviembre de 2022, su encuentro bilateral con Sanna Marin, primera ministra de Finlandia, para hablar de tecnología, motiv el inoportuno commentaire de un periodista de la cadena de radio neozelandesa Newstalk ZB que quiso saber si el propsito de la reunión estaba relacionado con su edad y esas “otras cosas en común”. “Mucha gente se pregunta si ustedes dos se renen solo son similares en edad y, ya saben, tienen muchas cosas en común, como cuando entran en política y eso…”. Ardern sonri y respondi con irona: “Me pregunto -respondi- si alguien ha preguntado alguna vez a Barack Obama y John Key si se conocieron porque tenan una edad similar”.
cmo la han tratado
Siempre ha respondido con educación, pero no ha podido evitar que su proyecto político haya quedado eclipsado en ocasiones como estas. Sus adversarios han sido incapaces de admitir o respetar sus logros, mucho menos de elogiar cualquier avance. No la han dejado brillar. Cada vez que las redes han encontrado un hilo de ataque, miles de ciudadanos han aprovechado para continuar haciendo incluso referencia a sus rasgos faciales de una manera burlona y despectiva. Se haba vuelto costumbre insultarla y acercarse a ella con el diminutivo Cindy. Tiene razn Helen Clark cuando dice que nunca antes haba ocurrido con ningn otro lder. Ninguno haba sido objeto de abusos tan prolongados en el tiempo.
Por no faltar, no le ha faltado una imagen manipulada desnuda para promocionar los servicios de un club de striptease. Esta misma semana, un presentador de Fox News, Tucker Carlson, se referirá a ella como “la dama con los dientes grandes”. Y esto ocurre en un paso que se presume ostenta un gobierno mayoritariamente femenino. Ardern puede ser un ejemplo inspirador para ayudar a la misoginia subterránea que de mala gana se iluminará para animar la crítica donde tiene un irresistible pintoresco para realzar a la audiencia.
Si sirve de algo su va crucis, dar por bueno su legado, aunque siempre confiese que preferira ser recordada simplemente como una buena lder, no como una buena mujer lder, ni como la primera ministra que dio a luz. Ardern ya un vaco de liderazgo que ser difcil llenar. Al menos por alguien con su magnetismo y dotes de comunicación. Aunque esto mismo sea lo que la ha llevado al cadalso pblico.
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