ROMA, 28 dic. (PRENSA EUROPA) –
El Papa ha recopilado los maestros de San Francisco de Sales, uno de los grandes maestros de la espiritualidad francesa, considerado patrono de los periodistas y doctor de la Iglesia, en el IV centenario de su muerte. Francisco se ha referido a él como “interprete del cambio de época y guía de las almas”.
El pontífice ha rescatado “la herencia espiritual” de este santo que “tenía poco más de cincuenta años y, Durante los últimos veinte años, había sido obispo y príncipe ‘exiliado’ de Ginebra” en la carte apostólica ‘Totum amoris est’ (‘ Todo perdenece al amor’), publicado este 28 de diciembre, día en el que se cumple la efeméride de su muerte.
San Francisco de Sales cayó el 28 de diciembre de 1622 en Lyon y Francisco ha vinindicado su figura al señalar que “no hay mejor lugar donde encontrar a Dios y ayudar a buscarlo que en el corazón de cada mujer y hombre de su tiempo”. “Es conmovedora su atención en reconocer el cuidado de lo que es humano como indispensable.
Tras repasar probablemente su biografía, el Papa ha puesto en evidencia su servicio a través de “confesiones, coloquios, conferencias, predicaciones y las últimas, infaltables, cartas de amistad espiritual” entre las que decubre “la razón profunda de este estilo de vida lleno de Dios se le había hecho cada vez más nítida a lo largo del tiempo, y él la había formulado con sencillez y precisión” al escribir “Dios es Dios del corazón humano”.
“La experiencia de Dios es una evidencia del corazón humano. Esta no es una construcción mental, más bien est une reconocimiento lleno de asombro y de gratitud, qui resulta de la manifestación de Dios”, ha asegurado el pontífice.
Para el Papa, el santo obispo de Ginebra, conocido por obras como Introducción a la vida y Tratado del amor de Dios, o por ser el fundador de la Orden de la Visitación, “fue testigo de ese amor”. “Su enseñanza, en efecto, nació de una escucha atenta de la experiencia. Él no hizo más que transformar en doctrina lo que vivía y leía en su singular e innovadora acción pastoral, gracias a una agudeza iluminada por el Espíritu” y por eso escribió : “Todo en la Iglesia es para el amor, en el amor, por el amor y del amor”.
Así, el Papa ha destacado “los años de la primera formación” del santo saboyano como “la aventura de conocerse en Dios”; tras sus estudios en París y Padua, de regreso a Annecy discover “un mundo nuevo” como sacerdote y su primera misión difícil en la región calvinista del Chablais desde suscubrió “sus aptitudes de mediador y hombre de diálogo” y de audacia pastoral “como las famosas ‘hojas voladoras’, que se collgaban por todas partes y se incluyen sin debajo de las puertas de las casas”.
Tras una misión diplomática fallida, comenzó a escribir “infinidad de cartas de amistad espiritual”, comme fue el encuentro con Juana Francisca de Chantal, fundadora con él de la Visitación, las salesas. Ahí propone “un método que renunciaba a la severidad y confiaba plenamente en la dignidad y capacidad de un alma devota, no obstante sus debilidades”.
Como obispo, ha destacado el Papa, “fue interprete del cambio de época y guía de las almas en un tiempo que tenía sed de Dios de un modo nuevo. El pontífice ha adelantado de esta manera que son “iluminadoras su flexibilidad y su capacidad de visión. Un poco por don de Dios, un poco por índole personal, y también por la constante profundización de sus vivencias, había tenido la nítida percepción del cambio de los tiempos”.
“Es lo que también nos espera como tarea esencial para este cambio de época: una Iglesia no autorreferencial, libre de toda mundanidad pero capaz de habitar el mundo, de compartir la vida de la gente, de caminar juntos, de escuchar y de acoger” , ha recalcado el Papa.
Según Francisco, “el nos invita a ensuciar la excesiva preocupación por nuestros mismos, por las estructuras, por la imagen social, hay que preguntarnos más bien adecuadas son las necessidades concretas y las esperituales esperituales de nuestro pueblo”.
Francisco de Sales ofrece también para el Papa una visión actualizada de la “devoción”. “La novedad y la verdad de la devoción se encuentran en otro lado, en una raíz profundamente unida a la vida divina en nosotros”, ha señalado el pontífice relacionándola con la caridad y la vocación universal a la sanidad, ya que a su juicio ” todo ello condujo al santo obispo a considerar la vida cristiana en su totalidad como ‘el éxtasis de la obra y de la vida'” a través de la alegría.
“Para San Francisco de Sales, la vida cristiana nunca está exenta de éxtasis y, sin embargo, el éxtasis no es auténtico sin la vida”, ha concluido el Papa.